sábado, 14 de enero de 2012

Los vigilantes acusados de robar en los juzgados quedan en libertad

La Policía, que ha recuperado casi todas las joyas, tendió una trampa a los presuntos ladrones y dejó un 'cebo' para cazarlos 'in fraganti'

El furgón en el que la Policía trasladó a los guardias jurados al juzgado tras ser detenidos por un robo de joyas . :: DANI MADRIGAL

15.01.12 - 00:54 -
:: A. S. MOLLÁ |

ALICANTE. Los tres vigilantes jurados y la mujer de uno de ellos, detenidos por robar joyas depositadas en un juzgado de instrucción de Alicante, quedaron ayer en libertad provisional tras declarar ante el juez de guardia, según confirmaron ayer fuentes del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunitat Valenciana. No obstante, a los tres hombres se les imputa un delito de robo con fuerza, mientras que la mujer está acusada de receptación, ya que supuestamente se encargaba de vender las alhajas en comercios de compraventa de oro.

Las investigaciones de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional desvelaron que los imputados, de entre 35 y 57 años, supuestamente llevaban al menos dos años sustrayendo objetos de valor de los juzgados. Así, los agentes comprobaron que en diversas casas de empeño figuraban ventas de joyas a nombre de uno de los sospechosos, algunas de hace dos años. Sin embargo, esas alhajas ya se habían fundido y de momento no se ha podido acreditar su procedencia.


El último golpe fue el que puso a los vigilantes en el punto de mira. Según informó ayer la Comisaría Provincial de Alicante en un comunicado, los guardias jurados aprovecharon un puente para hacerse con la llave de la caja de seguridad del juzgado de instrucción número 2 de Alicante. Allí presuntamente se apoderaron de un lote compuesto por más de 60 piezas de joyería incautadas en una operación de 2005 en la que se desmanteló un clan familiar de narcotraficantes. Un suculento botín en el que abundaba el oro: relojes, pendientes, cordones y colgantes, entre otros efectos.

La Policía ha conseguido recuperar la mayoría de los objetos sustraídos tras realizar dos registros domiciliarios, uno de ellos en Elche. De hecho, cuando los agentes detuvieron a la mujer de uno de los vigilantes, que supuestamente se encargaba de vender los objetos robados, tenía en su poder alguna de las joyas sustraídas. Según fuentes próximas al caso, las sospechas recayeron casi desde el principio en el personal de seguridad privada. De hecho, varios magistrados ya habían alertado sobre la desaparición de objetos como ordenadores portátiles, móviles y una cámara de fotos.

Tras recabar varios indicios, el juzgado que investigaba el caso autorizó escuchas telefónicas y la Policía tendió una especie de trampa a los sospechosos, dejando un 'cebo' para cazarlos 'in fraganti'. La táctica funcionó y los agentes consiguieron detener a los tres sospechosos y a la mujer de uno de ellos.

Tal como desvelaron ayer fuentes próximas al caso, uno de los guardias jurados, supuestamente el 'cabecilla', se negó a declarar ante la Policía, mientras que los otros dos le echaron la culpa a él.

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