Cinco Días - Madrid - 07/12/2011 - 10:29
La unidad sindical entre Comisiones Obreras y UGT sigue vigente hasta que se diga lo contrario. Y los dirigentes de ambos sindicatos se empeñan a diario en defender esta paz, sobre todo, de cara a las negociaciones de la próxima reforma laboral. Sin embargo, cuando se escucha y analiza alguno de los mensajes dados por ellos en los últimos días, las diferencias empiezan a saltar a la palestra. Los dos líderes sindicales, Ignacio Fernández Toxo (CC OO) y Cándido Méndez (UGT) comparecieron públicamente y aparentemente bien avenidos en un desayuno informativo ante numerosos medios de comunicación, representantes de sus organizaciones, de las patronales y de los gobiernos entrante y saliente. Pero en este encuentro Toxo recomendó a todos los que le quisieran oír (en lo que se interpretó como un mensaje a Mariano Rajoy entre algunos de los asistentes) que "había que leerse el convenio de Químicas" recientemente firmado para saber las reformas que necesitaba el mercado laboral español. Y es aquí donde empiezan las diferencias de base con UGT. Para empezar, el citado convenio del sector químico no fue suscrito por el sindicato que lidera Cándido Méndez por estar en desacuerdo con su contenido. Además, algunas de sus cláusulas no son compartidas no ya por UGT sino por un amplio espectro del mundo sindical. Este convenio recoge, por ejemplo, una disposición adicional para constituir una comisión de estudio con el objetivo de modificar el modelo salarial actual basado en el IPC, por otros que tomen como referencia la productividad u otros factores, como han defendido históricamente los empresarios. Asimismo, la última reforma de la negociación colectiva daba primacía al convenio de empresa sobre los sectoriales, pero dejaba un resquicio al poder de las cúpulas sindicales al establecer dicha prioridad "salvo pacto en contrario", lo que daba la posibilidad a los negociadores sectoriales a limitar esta eficacia de los acuerdos de empresa. Pues bien, el convenio de químicas también renuncia a ese poder sectorial y dice que los convenios de empresa vigentes y sus renovaciones tienen plena autonomía en todas las materias. La posición sindical en estos dos asuntos será crucial en la negociación de la reforma por lo que cada vez les queda menos tiempo para ponerse de acuerdo.
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